sábado, 13 de junio de 2009

Los últimos días en Panamericana TV.

Días antes de que llegue la nueva administración, el ambiente dentro de las instalaciones de Panamericana Televisión era de zozobra. Muchos de mis compañeros me preguntaban lo siguiente: Janet, por que crees que nos ocurre esto a nosotros? ¿por qué?. Di una respuesta que se ha convertido en parte de mi estrategia para aguantar las tormentas, aprendida de gente mayor: “Nunca pregunten por qué pasan las cosas, sino para qué?. Y con ese concepto del “para qué” estoy segura que, no solo yo, sino algunos de mis amigos, soportaron la crisis hasta terminar victoriosos la última semana que nos quedaba en Panorama. Así de lastimados e impagos, cual guerrero que regresa a su patria herido, pero contento porque ganó la batalla. Para nosotros, hacer el programa, sin Director y en completa incertidumbre, significaba salir por la puerta grande.

No se si me volverán a llamar la próxima semana. No sé tampoco si para Panorama. Ignoro también si me bajarían el sueldo, como se especula. No me atormenta que se demoren en llamarme. Quizá nunca lo hagan. ¿Para qué tuvo que pasar eso? ¡y justo yo, estuve allí!. La sensación inmediata era que no me merecía vivir tal amarga experiencia. La meditación ya en mi casa, después de algunos días de quietud, empieza a provocarme unas ganas de agradecimiento a quien o quienes fomentaron ese barullo.

¿Para qué? Ahora mis ideas vuelven a mirar proyectos postergados. Mi reciente tiempo libre me da la oportunidad de buscar otros y mejores caminos dentro de la profesión. Y sé que la búsqueda no va a durar mucho. La rutina no te hace olvidar tus verdaderos anhelos, sino que, la muy perversa, te recuerda a cada momento que, mientras sigas atrapada en ella, nunca vas a poder concretar lo que tu más has deseado. Y cuando logras un día escapar de ella, simplemente ya estas muy cansado y miras tu reloj. Será hora de dormir.

A mí qué me interesa los genaristas o los schutzistas. En mi esfera personal, salí de un trabajo extenuante para volver a mí misma. Y me propongo seguir encaminada en ello hasta hacer el periodismo que me gusta. Pues “para” eso tomaron el canal, “para” poder salir de allí a demostrar mi verdadera libertad. Nuevamente Alguien arriba está que mueve las piezas. No lo entendía, pero ahora doy las gracias.