No les miento, pero de los tres personajes que en cada una
de las últimas semanas he entrevistado para hacerles un reportaje, los tres ya
habían sido invitados para el programa El Valor de la Verdad. Y de los tres,
sólo uno había aceptado, por lo que no pude terminar de hacerle la entrevista.
Este personaje fue Lucy Cabrera, quien a cambio de completar conmigo las
grabaciones, me pidió una serie de condiciones realmente imposibles de conceder
para una producción más modesta como “Al Sexto Día”, comparando por supuesto, con
toda la maquinaria televisiva que maneja Beto Ortiz. Podrán decirme que peco de
ingenua, pero sigo creyendo que sólo la confianza y simpatía que podría transmitir
al entrevistado son recursos más poderosos que “la plata” para que decida
contarme sobre su vida . Me equivoqué. En el caso de Lucy Cabrera, ella fue tajante: “Mira,
si tuviera que vender, no tendría problemas en darte la entrevista, pero como
ahora estoy en nada, tengo que sacar algún beneficio, ¿entiendes?, en EVDLV,
aparte de la plata que voy a recibir, me van a dar algo por sentarme en la
silla, ¿tú que me das a cambio?. Ante dicha “verdad”, nada más me quedó guardarme
la indignación y cancelar la entrevista,
y si pues, molesta por haber sentido que había perdido mi tiempo.
De los otros dos personajes con los que sí logré realizar a
cada uno un amplio reportaje, simplemente habían rechazado la propuesta del
mencionado espacio porque no les interesaba ventilar sus trapitos sucios por
televisión a cambio de dinero. Uno de ellos inclusive, mientras conversábamos
rumbo a realizar las grabaciones, recibía insistentes llamadas a su celular del
productor del sintonizado programa, a pesar que le había dicho en todos los
idiomas que no estaba interesado en ser el siguiente personaje que revele sus
secretos. Al finalizar una de estas
llamadas, le pregunté : ¿ y ahora que te dijo?, -“ Ahora me dice que además del
premio, me ofrecen cinco mil soles por acudir. Pero yo no quiero, estoy bien así
con mis secretos”.
Me pregunto si esta semana que viene, al próximo personaje
mediático que tendré que entrevistar lo encontraré con el mismo dilema. Es curioso. Si antes un artista de la
farándula rechazaban una entrevista por motivos personales o profesionales ,
ahora hay una sensación que lo hacen porque se “guardan” ante la posibilidad de
ser los próximos convocados a El Valor de la Verdad. Así están las cosas en
nuestra televisión.