martes, 31 de mayo de 2011

LA HISTORIA DE UN VOTO

Recuerdo que cuando tenía once años, a la salida del colegio, me subí a una combi de regreso a mi casa. Recuerdo que mientras viajaba (y parada como muchas veces), divisé un pequeño papel anaranjado pegado frente a una de sus ventanas. No lo podré olvidar. La sonrisa de ese chinito desconocido llamaba mi atención, y también la de varios pasajeros. Al lado de ese rostro recontra happy, estaban impresas estas palabras: "Cambio 90. Alberto Fujimori, Presidente". Oeee…¿Quién es ese chino?, murmuró por ahí algún extrañado. Ese chinito era en esa época el Pinazo de nuestros tiempos, con la diferencia que se convirtió en el outsider que le ganó a nuestro Premio Nobel en aquellas elecciones presidenciales.  

Veintiún años después, me subí a una combi de regreso a mi casa, y esta vez, me senté al lado del copiloto. El tráfico era atroz y los carros de transporte público avanzaban en fila. Delante de mí, había otra combi que llevaba pegada en su ventana posterior, una propaganda anaranjada más grande que mediana, de una chinita recontra happy, y al lado de ella decía: "Fuerza 2011. Keiko Fujimori, Presidente". No lo podía creer. Estaba frente a una ironía del destino.  Esa chinita era la hija del chinito de quien 20 años atrás nadie daba ni un real. En ese momento sentí que la historia estaba por repetirse. Historia que todos conocemos y hemos vivido

Resulta que la  chinita pasó a segunda vuelta en el 2011, junto a un comandante que hablaba como si fuera a meter bala. Dentro de su hoja de presentación, este comandante tenía, entre otras perlas, el haberse sublevado contra su propia institución. Después, el hermano desquiciado del comandante, ejecutó, bajo sus órdenes, un intento de golpe de estado en un pueblo muy pobre y alejado del país. Aquel  comandante, tenía un papá que fundó el partido etnocacerista, y que tiene como fin reivindicar a la piel cobriza, llevando un discurso con dosis racista. Un comandante que cambio tantas veces de plan de gobierno como estrategia y colores en la campaña, que no puede decir que el presidente Chavez es un dictador, y que se contiene para no decir ninguna palabra agresiva que le cueste un voto, pero que de hecho se muere de ganas por decir, si lo provocan. Ese comandante era tristemente la otra opción

Yo pensé en votar por Keiko, pues escogiendo el mal menor, con esta candidata podríamos tener más estabilidad económica, pensé. Pero me da tanta vergüenza, como periodista, que la maquinaria fujimorista haya empezado a corromper  a los “prestigiosos” medios de comunicación sin que todavía sea presidenta. Y la otra opción es la peor y la más grave: un candidato que acomoda su discurso y sus planes de gobierno según las preferencias electoreras, un ex militar que deshonró a la Patria, que quiso desestabilizar un gobierno democrático, y que cada vez que habla deja una estela de miedo y dudas.

La chinita de papá y el comandante. El comandante y la chinita. Hasta ahora me provoca llevar a las urnas un plumón negro y estar en el porcentaje de los que viciaron el voto. Pero también sé que “el amor echa fuera el temor”, y si amamos a nuestro país, debemos tomar decisiones sin temor y más bien con la seguridad que Dios bendecirá a nuestro  gobernante, ya sea de izquierda o de derecha, ya sea jalado o cobrizo, ya sea hombre o mujer. “La historia de un voto”, como para contarla a mis hijos cuando sean grandes.      

martes, 24 de mayo de 2011

“NO SE LE PUEDE DAR A LA UNIÓN CIVIL ENTRE HOMOSEXUALES EL MISMO ESTATUS QUE EL MATRIMONIO”

Aquí la entrevista al Pastor Dellutri para la página web de la Iglesia Alianza Cristiana y Misionera de Monterrico:

http://www.alianzamonterrico.org/noticias.html