viernes, 9 de mayo de 2008

La Ironía del Vicio



Durante la cobertura de los funerales de un ex presidente del gobierno español, dos tías me llamaron la atención, al salir apresuradas de la Catedral Almuneda, donde se iba a realizar dicha ceremonia. Bajaron por las amplias escaleras y se escondieron detrás de las cámaras de los periodistas que nos colocamos a un lado de la entrada del recinto para captar la llegada de las autoridades. Estas dos mujeres, llegaron a mi lado, exhaustas pero triunfantes, de que por fin habían encontrado un huequecito para fumar. “Ahora sí, nos escondemos aquí, que nadie nos vea, ya está”, susurraron. Inhalaron y exhalaron complacidas y risueñas, buscándo en mí la complicidad de su travesura de abuelas. Y yo me reí de su viciosa tortura. Solo bastó 4 minutos para que consumieran su deseo reprimido por un evento oficial-religioso. Luego regresaron contentas a la Catedral.

En España, una ley prohíbe fumar en lugares cerrados. Una magnífica idea para los no fumadores (como yo), que ha desencadenado en todo el país similares situaciones de desesperación. Y es gracioso ver, en simultáneo, a determinadas horas durante el día, trabajadores en las puertas de sus centros de labores convertidos en chimeneas de nicotina, muertos de ansiedad por aquella dosis que necesitan para seguir con la rutina, como combustible al coche. A mi jefe, no le puedo hacer una consulta minutos antes que empiece a levantarse para salir a fumar. Ya me lo advirtió (y sale cerca de 8 veces cada tarde, lo conté). Al regresar con la angustia aplacada, me puede escuchar tranquilo.

Volviendo al caso de las tías viciosas. Yo me pregunto: ¿qué hubiera sucedido si en vez de cigarrillos, hubieran sacado quetes de marihuana?. De seguro que más de un periodista hubiera volteado a mirarlas mientras pasaba la Familia Real al acto fúnebre. Y no me hago la moralista, sino que me parece gracioso e irónico. Tan irónico como Amy Winehouse se reviente la nariz inhalando cocaína y luego aparezca desnuda en una campaña invocando a la prevención del cáncer de mama.

1 comentario:

Anónimo dijo...

un poquitín moralista sí resulta,

y la marihuana que mencionas de pasada y su primo el hachís son drogas blandas que todavía se consumen bastante en mucho ámbitos no precisamente marginados ni inadapatados